Qué decir, pero sobre todo qué esperar de un docente, si, como profesor, se ocupa por ese otro saber, el de que es necesario estar abierto al gusto de querer bien, a veces, al desafío de querer bien a los educandos y a la propia práctica educativa de la cual participa. Esta apertura al querer bien no significa, en verdad, que, por ser profesor, se debe querer bien a todos los alumnos de manera semejante seria un error pretender verlos a todos por igual por que no somos iguales cada uno es especial, cada uno tiene una manera distinta de reaccionar ante lla frustacion una manera distinta de ver la realidad una manera distinta de vivir por lo tanto como docente se debe considerar esa individualidad de cada uno de los educandos.
Por otra parte no se debe condicionar las calificaciones académicas al menor o mayor cariño que se siente por un alumno pues estaríamos en un grave error por que las calificaciones expresan el rendimiento de cada estudiante.
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